La relación “SOCIEDAD-ESTADO- MERCADO”
Consideramos que la Democracia se construye en la Sociedad, con el pueblo socialmente organizado, en un Estado democrático y reglamentando la dinámica del Mercado.
Proponemos un modelo alternativo de
DHI, cuya prioridad debe centrarse en la persona y el trabajo humanos, el
factor determinante de este proceso debe ser la Sociedad, con un Estado
democrático que, al garantizar el Bien Común de la Sociedad, regule la dinámica
del Mercado.
En la Dimensión Política, el objetivo
debe ser: avanzar hacia una Democracia Real, en un Estado Social de Derecho,
con una Sociedad participando activa, y responsablemente, y un Mercado regulado
y orientado en función del bien común.
El Estado es la instancia máxima del
hecho político, cuya misión es preservar el Bien Común de la sociedad, mediante
el ejercicio con Justicia y de la autoridad que la comunidad le confiere al
Gobierno.
El Estado debe garantizar a todas las
organizaciones y expresiones sociales una participación efectiva en la
conducción económica, social, política y cultural del país.
La función del Estado Democrático es
servir a todos los habitantes, por esto su rol y responsabilidad clave está en
la conquista del Bien Común, entendido como el conjunto de condiciones
políticas, sociales, económicas y culturales que permiten a la persona y la
comunidad su pleno desarrollo humano, espiritual y material sin exclusiones de
ninguna índole.
El Estado Democrático tiene ante sí
retos y exigencias motivados e impuestos por los grandes cambios que se
producen en el mundo y en los países de la región, en particular ante la necesidad
de un nuevo tipo de desarrollo integral y ante los avances
indetenibles en la integración regional. Pero también nos afectan los cambios
en el escenario económico mundial, en particular ante la generalización de un
mercado único global.
Los retos que encuentra el Estado Democrático:
- Lograr
formas estatales regionales que sean reflejo de la integración de los
pueblos y naciones y que sean capaces de contrarrestar los poderes
económicos trasnacionales.
- Abrir
nuevas relaciones entre el Estado y la Sociedad, sobre la base de
potenciar completamente a esta última y garantizarle el máximo de
autonomía y libertad de iniciativa y de acción.
- Abrir
nuevas relaciones entre el Estado y el Mercado, garantizándole a este
último una sana competencia, previsibilidad y cumplimiento de la ley,
libertad y eficiencia para un desempeño normal y relativo, pero con la
necesaria voluntad política y capacidad de regulación a fin de orientarlo
al servicio del bien común, del bienestar de todos.
Este Estado debe regular, reconocer,
promover y facilitar el rol del Mercado como indicador importante en la marcha
económica de una sociedad.
Este tipo de Estado debe garantizar la
libertad de iniciativa y de emprendimiento, la libertad para escoger y
establecer contratos en concordancia con las normas éticas de la sociedad y las
disposiciones legales vigentes, junto con el pleno respeto a los derechos y
libertades, ya que todo esto no sólo constituyen derechos emanados de la
persona humana, sino también representan un ingrediente fundamental para el
funcionamiento del sistema económico y su desarrollo.
La tendencia predominante es tratar al
hombre como mero productor o consumidor de mercancías o como objeto de
administración del Estado, mientras se olvida o se niega que el pleno
desarrollo humano no tiene como fin ni el Mercado ni el Estado, ya que posee en
sí mismo un valor singular y central a cuyo servicio deben estar el Mercado y
el Estado.
Aquí el protagonismo del pueblo
socialmente organizado, con el máximo de poder, es elemento clave para lograr
esta nueva síntesis.
Se debe promover un Estado Social y
Democrático de Derecho.
El Estado debe estar sometido a
derecho, tanto gobernantes como gobernados deben actuar dentro del marco de la
Constitución y las Leyes, las cuales se han de generar como expresión auténtica
de la voluntad popular.
Debe funcionar con apego al principio
de la Solidaridad, velando por el mas débil.
Facilitar y promover el ejercicio pleno
de la justicia social en el marco de un proceso sostenido de: distribución
equitativa de los ingresos, de la riqueza, de los beneficios del progreso, así
como de los sacrificios y responsabilidades.
Ello le obliga a mantener políticas y
programas sociales eficaces y suficientes.
El Estado debe operar de acuerdo al
principio de Subsidiariedad.
El principio de la subsidiariedad
obliga al Estado Democrático a respetar la autonomía y las actividades de los
cuerpos intermedios en aquellos ámbitos en los cuales dichas organizaciones
pueden cumplir su rol social con éxito, debiendo el Estado intervenir en ayuda
en el plano económico toda vez que sea necesario, siempre y cuando no menoscabe
la citada autonomía. Está obligado a intervenir corrigiendo las imperfecciones
del mercado.
Este principio obliga al Estado a
fomentar la participación privada.
Mediante prestar gran atención a los siguientes
aspectos:
- Debe
asumir su responsabilidad de brindar servicios que mejoren la calidad de
vid.
- Debe
respetar, promover, encauzar y vigilar el pleno ejercicio de los derechos
humanos y las libertades fundamental en su integridad.
- Debe
tener especial consideración para con los más débiles y desposeídos.
- garantizar
la plena vigencia de la justicia y la equidad,
El Estado debe promover valores y
regulaciones éticos en todo el quehacer social y especialmente en el económico.
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